" Uno debe estar siempre preparado con un lápiz en la mano, esperando que aparezca el duende interior.
Desde los primeros trazos de un boceto, hasta la concreción final del trabajo. En esta rutina de larga
elaboración mental, espiritual y artística, en la búsqueda de evidencias de la propia vida, como así también las evidencias estéticas que surgen del mismo hecho de dibujar.
Convencido de que esta búsqueda interior es un largo camino que se encuentra alejado de modas
o vanguardismos"